NUTRICIÓN Y OBESIDAD
La obesidad es un fenómeno que se da por el aumento desproporcionado del peso corporal, con respecto a la estatura y edad de una persona, debido a un exceso de grasa. El tejido graso se acumula sobre todo en la zona abdominal. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha calificado este fenómeno como una auténtica epidemia debido al rápido aumento de los casos de obesidad registrados sobre todo en los países industrializados de todo el mundo.
Recientemente la Asociación Americana de Medicina (AMA) catalogó la obesidad como una enfermedad, esto con el fin de permitir a los sujetos obesos recibir mayor atención médica y coberturas de salud e incentivar a los países destinar más recursos para su prevención y tratamiento.
Existe evidencia científica, de que la obesidad incrementa el riesgo de múltiples patologías metabólicas y no metabólicas, particularmente la obesidad de tipo central o abdominal, tiene una fuerte asociación con insulinorresistencia, lo que puede reducir las expectativas de vida de las personas que la padecen. La obesidad implica complicaciones durante las intervenciones quirúrgicas y los embarazos. Y como otras enfermedades crónicas, también tiene un importante impacto psicológico y/o social que puede repercutir en diferentes aspectos de la vida.
Por su parte, en tiempos de Covid 19, y con la amenaza latente de un rebrote por variantes de este virus es importante acotar que según diferentes estudios, La obesidad también puede alterar las respuestas inmunes del cuerpo, aumentando el riesgo a desarrollar complicaciones a causa de esta enfermedad. La obesidad también disminuye la función pulmonar a través de una mayor resistencia en las vías respiratorias y una mayor dificultad para expandir los pulmones. Cuando los pacientes con obesidad necesitan ser ingresados en unidades de cuidados intensivos, es un desafío mejorar sus niveles de saturación de oxígeno y ventilarlos.
La causa más común de la obesidad es el desequilibrio entre el aporte de energía (ingerida en forma de alimentos) y el gasto energético (gasto para mantener las funciones vitales y la actividad física diaria). Cuando el cuerpo recibe más sustancias energéticas de las que gasta, almacena el exceso de calorías en depósitos de grasa. Sin embargo, existen otros factores que influyen en este desequilibrio como genéticos y ambientales, incluso en menor proporción la obesidad puede ser secundaria como resultado de otras enfermedades.
En este orden de ideas podemos acotar que si mantenemos un peso saludable mejoramos nuestra calidad de vida y al mismo tiempo reducimos el riesgo de sufrir problemas de salud. Si sufre obesidad, sobrepeso y deseas conseguir un peso saludable es importante que no marques ni una fecha límite ni un peso determinado, ya que tendemos a olvidar los buenos hábitos adquiridos en ese tiempo.
Las estrategias para conseguir un peso saludable, deben permitir una pérdida de peso gradual y suave, que favorezca el reajuste metabólico adecuado, que favorezca el mantenimiento de peso deseable. Se acepta como una pérdida de peso saludable de 0,5 kg a 1 kg/semana. Previendo que dichas pérdidas sean a expensas de tejido adiposo, evitando reducir al mínimo las de masa magra.
Es por ello que es necesario aparte de comer de forma saludable, contar con el asesoramiento de un profesional para no cometer errores y ser víctimas de productos ineficaces y de las famosas dietas de una semana o de cuatro días, en las que se pasa del exceso a la drástica restricción.
Un buen programa terapéutico para la pérdida de peso debe contar con las siguientes estrategias:
- Cambios en la dieta: en primer lugar debes realizar un ajuste en tus comidas diarias, siguiendo las indicaciones de un profesional calificado en el área o las pausas establecidas en nuestro esquema de alimentos (El Trompo de Alimentos).
Recomendaciones nutricionales y alimentarias:
- Energía: Una dieta hipocalórica bastante usual y perfectamente recomendable suministrará aproximadamente entre 1.200 y 1.700 kcal/día, según la composición corporal y el sexo del individuo. Si deseas bajar de peso de forma saludable basta con reducir en un 20 a 40 % la energía que usualmente ingieres con los alimentos. Es decir que debes comer más o menos la mitad de los que comes habitualmente en un día.
- Proteínas: Debe aportar como mínimo la cantidad de proteínas recomendadas: 0,8 g/kg de peso corporal diarias. Estas deben ser de alto valor biológico. Como provenientes del huevo y la combinación de legumbres y cereales
- Hidratos de carbono: Deben ser fundamentalmente complejos como los provenientes de la papa, el apio, la yuca, el maíz entre otros, reduciendo en la medida de lo posible los hidratos de carbono simples o bien de alto índice glicémico, como aquellos provenientes del azúcar y harinas refinada, pastas, alimentos procesados entre otros.
- Lípidos: La reducción calórica se conseguirá en gran medida limitando el aporte graso de la dieta. Se deben seguir las recomendaciones generales para la población que son:
- Evitar grasas trans (Caramelos, Galletas, Helados, Margarinas, Palomitas de microondas, Pastelería industrial (incluidos cereales), productos de bollería industrial, Productos precocinados (empanadas, croquetas, pastas, pizzas).
- Reducir las grasas saturadas. (productos lácteos de leche entera, como queso, helado y mantequilla, así como la grasa visible de animales como la carne de res, la carne de cerdo o el pollo y algunos tipos de pescados)
- Promocionar el consumo de grasas ricas en ácidos grasos monoinsaturados. (Nueces, Aguacate, Aceite canola, Aceite de oliva, Aceite de cártamo (alto oleico), Aceite de girasol, Aceite y mantequilla de maní, Aceite de ajonjolí entre otros.
- Aportar ácidos grasos poliinsaturados a través del consumo de pescados, que en algunos casos pueden ser grasos pero no más que el equivalente de carnes grasas.
- Vitaminas y minerales: Los alimentos que suministran proteínas, hidratos de carbono complejos y grasas también aportan vitaminas y minerales, pero para cubrir el espectro completo de estos micronutrientes se exige la inclusión de frutas, verduras y hortalizas.
- Agua: Es necesario que el agua esté presente en cantidades suficientes en las dietas hipocalóricas, con un consumo de al menos 2 litros/día., asegurando una diuresis mínima de 1,5 litros/día.
- Consejos para preparar las comidas
- Tenga la comida o cena medio preparada o al menos pensada.
- Utilice formas de cocinar sencillas, que no requieran mucho aceite: plancha, grill, horno, microondas.
- La cocción al vapor con la olla a presión permite cocinar con poca agua y se preservan todas las propiedades de los alimentos.
- Para cocinar carnes y pescados envuélvalas en papel de aluminio, así se cocinan en su propio jugo, conservándose tiernos y gustosos, sin necesidad de añadirle grasa.
- Cuando haga estofados, prepárelos con antelación. Déjelos enfriar en la nevera y retire la capa de grasa con una cuchara o espátula. De esta manera conserva el sabor sin apenas grasa.
- Cuando elabore vinagretas, invierta la proporción habitual de tres partes de aceite por una de vinagre a tres partes de vinagre por una de aceite. Para que el sabor no sea tan ácido utilice vinagre de sabores (de manzana, de frambuesas, etc.).
- Si necesita utilizar alguna salsa para añadir a una ensalada puede utilizar yogur natural desnatado, rebajado con zumo de limón. Se bate bien y se queda una crema suave y baja en calorías. También puede probar con salsa de soja. Añadiéndole alguna especia o hierba aromática que le apetezca.
- Para preparar salsas de leche o queso utilice leche desnatada o queso tipo parmesano, que contiene menos calorías y es más aromático. En la preparación de la salsa bechamel emplee aceite de oliva o margarina baja en calorías y leche desnatada.
- Las salsas comerciales son ricas en grasas y en sodio.
- Utilizar platos pequeños donde la cantidad de comida a servir se vea mayor.
- Sírvase sólo la cantidad que deba comer y no repita. No mantenga la fuente de servir en la mesa y deseche las sobras de la comida.
- Ejercicio y actividad física: al principio puede ser suficiente con caminar 10 minutos al día. Es recomendable que vayas aumentando el tiempo de actividad física progresivamente, hasta llegar a unos 30 minutos al día, cinco días a la semana, según tus propias posibilidades y limitaciones.
- Apoyo psicológico: ya sea a través de una terapia conductual para ayudarte a mantener los cambios en tu estilo de vida a largo plazo, o con un soporte emocional para afrontar situaciones que te generen estados de ansiedad que repercuten negativamente en tus hábitos.
- Cirugía bariátrica: en los casos más graves y con mayor riesgo, puede ser necesaria una operación para ayudar a bajar de peso, limitar la cantidad de alimentos ingeridos o reducir la absorción de nutrientes por parte del cuerpo.
Referencias
Gómez R. Segundo Consenso Latinoamericano de Obesidad. (Versión corta). Disponible en:
https://www.svemonline.org/wp-content/uploads/2017/01/segundoconsensoLatinoamericanodeobesidad.pdf
Dieta para el sobrepeso. Página web de la Fundación Española para el Corazón.. Disponible en:
https://fundaciondelcorazon.com/nutricion/dieta/1350-dieta-sobrepeso.html
Hernández M. Recomendaciones nutricionales para adultos con sobrepeso corporal. Rev Cubana Invest Bioméd v.27 n.2 Ciudad de la Habana abr.-jun. 2008 disponible en:
http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-03002008000200002
Obesidad y COVID-19: por qué las personas con sobrepeso tienen más riesgo de enfermar gravemente. Página web de la sociedad española de cirugía de la obesidad (S.E.C.O) disponible en:
https://www.seco.org/Obesidad-y-COVID19-por-que-las-personas-con-sobrepeso-tienen-mas-riesgo-de-enfermar-gravemente_es_1_157.html
Información y consejos para personas con obesidad. Pagina web Fisterra. (merzo 2019) disponible en:
https://www.fisterra.com/ayuda-en-consulta/informacion-para-pacientes/obesidad-consejosrecomendaciones-para-bajar-peso/